Para muchas empresas, la implementación de un programa sólido de ergonomía supone una inversión considerable.

A menudo, las organizaciones exigen un argumento comercial que justifique dicha solución. Con este fin, un programa de ergonomía efectivo puede ofrecer una rentabilidad de la inversión (ROI) positiva que a menudo es muy superior al coste de ejecutar el programa.

Aplicando la ergonomía a sus entornos de trabajo, las empresas pueden experimentar un efecto de extensión de los beneficios. Cuando una empresa adopta un enfoque proactivo de la seguridad y el bienestar de sus empleados, estos, a su vez, se dan cuenta de esta actitud activa con relación a su bienestar. Presentan unos niveles de satisfacción con su empleo mucho mayores y muestran un grado de compromiso mucho más elevado.

La reacción positiva de los empleados a esta demostrada preocupación por su salud se traduce en una serie de beneficios, como una reducción del índice de rotación del personal y una mayor calidad del trabajo, además de un aumento de la productividad, la fidelidad y la moral. Los empleados son más productivos, e incluso muestran más iniciativa y esfuerzo en las tareas realizadas, cuando sienten compromiso con su empresa. A resultas de ese incremento del compromiso, de la satisfacción y de la productividad, la empresa proyecta una imagen corporativa mejorada, lo cual puede conducir a unas mejores relaciones comunitarias y a tener una marca con más impacto.

Un creciente conjunto de datos sugiere que la presencia de un enfoque de la salud y el bienestar que se extienda en toda la organización tiene implicaciones financieras a largo plazo. La asociación National Business Group on Health descubrió recientemente que las empresas que tienen programas de salud y productividad pueden reducir los días de baja entre un 10% y un 35%, mejorar las tasas de regreso al trabajo como mínimo un 6% y gozar de una ROI de entre 3:1 y 15:1.

Incluso en la práctica, los programas de ergonomía generan ROI para las empresas. Como Bloswick descubrió, Sun Microsystems adquirió sillas y equipo de trabajo ajustables, proporcionó formación a los trabajadores y llevó a cabo evaluaciones de sus estaciones de trabajo. Según la OSHA, el costo medio de las demandas por trastornos musculoesqueléticos descendió de $12,000 en 1992 a $2,500 en 2002. También Red Wing Shoes implantó un programa de ergonomía introduciendo modificaciones en los equipos, y experimentó una drástica disminución en los costos de indemnización a los trabajadores: de 4,4 millones a 1,3 millones de dólares. Demby esbozó estudios de casos que demostraron una ROI positiva, como el de Blue Cross Blue Shield, que implantó un programa integral de ergonomía y vio reducirse en un 70% los días laborales perdidos y en un 89% los costos de indemnización a los trabajadores.

Los programas de ergonomía pueden ayudar a las organizaciones, tanto de forma tangible como intangible, a alcanzar sus objetivos y metas.

Averigüe más acerca del enfoque de Humanscale a los programas de ergonomía.

por Humanscale